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Reflexión
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La paridad más allá de la paridad
AN Original
2023-05-10
Por José Luis Exeni

La paridad de género es un dispositivo político-institucional. Expresa una conquista de derechos de las mujeres en el ámbito de la participación política. Es también un valioso resultado (al menos numérico) en varias partes del mundo. Antes de la paridad hubo cuotas: acciones afirmativas que, en su momento, pese a los límites, significaron un avance respecto a la tradicional exclusión. Ha sido, y continúa siendo, un largo camino sembrado de obstáculos. Y después de la paridad, ¿qué hay?, ¿qué sigue? Estamos ante un horizonte democrático en construcción y en disputa.

Diversos estudios y análisis comparados muestran los avances en la equidad de género y la paridad en el ámbito de la participación política de las mujeres. Ha sido un largo recorrido. Un reciente informe (Oxfam, 2022), titulado La paridad más allá de la paridad, propone desde la experiencia boliviana una apuesta radical: que la paridad sea intercultural, que la interculturalidad sea paritaria. Ello implica articular la equivalencia de condiciones y la demodiversidad, principios ineludibles.

Claro que para trascender la paridad se requiere asumir desafíos que abonen un proyecto de transformación política. Un proyecto con igualdad sustantiva en el que converjan las luchas de despatriarcalización y de descolonización. Un proyecto para transformar las relaciones de poder. Nada menos. Cierto que hay avances, pero las barreras persisten. Las normas, en camino incremental, produjeron resultados. No bastan. Es necesaria una nueva generación de reformas.

Más allá de las reglas, prevalecen obstáculos que limitan el acceso y la permanencia de las mujeres en el campo político. Ahí continúan, impunes, el acoso y la violencia. Pesa también el trabajo de cuidados, sin corresponsabilidad. Y los prejuicios sobre las mujeres políticas: son sensibles, carecen de experiencia, se pelean entre ellas, en fin, no son “merecedoras”. En el núcleo, teñidos de androcentrismo, están los partidos políticos en clave de muralla. Y en los órganos legislativos, donde las mujeres llegaron para quedarse, la paridad tropieza en su ejercicio.

Claro que celebramos la paridad democrática. ¿Y después? Cuenta el para qué. Importa el después. El camino andado ha sido prolongado y difícil, el camino por venir también. ¿Qué sigue? Ir más allá de la paridad, ocupar nuevos espacios, despejar obstáculos, democratizar las organizaciones políticas, generar condiciones paritarias. Tenemos luchas para rato.

Más allá de la paridad habita una buena idea. O mejor: un horizonte en construcción (y en disputa) llamado democracia paritaria intercultural. Hay que radicalizar la paridad. Es imprescindible radicalizar las democracias.


José Luis Exeni Rodríguez - politólogo boliviano.