Este 2024 será importante para el tema migratorio, no porque hayan cambiado las condiciones que viven las mujeres en sus países de origen, sino por las reacciones y acciones de los gobiernos y partidos políticos que tratan de manipular las opiniones de las y los votantes en vez de responder a las necesidades de protección de las mujeres y sus familias en la región.
Desde la perspectiva de las mujeres en movilidad en México, la motivación de buscar protección no está relacionada con un año en particular, elecciones, partidos o pleitos entre políticos en los países de destino, sino en las condiciones en el país de origen que crean la necesidad de salir. En este sentido, es importante analizar la retórica política de los partidos en las elecciones en México y Estados Unidos en este año.
Por un lado, Biden quiere demostrar que la coordinación en temas de contención con México está disuadiendo a las personas para no cruzar la frontera norte de manera irregular, y en vez de concentrarse en mensajes de responsabilidades legales y el derecho a solicitar protección, ha dejado que la retórica republicana racista, xenófoba y sin evidencia sea la que guíe el tema. Por su parte, los demócratas también han dejado que la narrativa política y mediática se rija por las estadísticas de personas que cruzan la frontera entre México y Estados Unidos, a tal grado que durante la reunión del pasado 19 de enero han agradecido explícitamente a México por las medidas de contención que están implementado, mismas que las autoridades estadounidenses saben que son inconstitucionales y que están dejando a las mujeres y sus familias en manos de los traficantes y secuestradores. El crimen organizado rodea y se aprovecha de la falta de vías migratorias regulares en la región y de la desesperación de las personas, está atento a cada movimiento, político y operativo de los gobiernos -particularmente de México y Estados Unidos- lo que favorece sus esquemas violentos contra esta población.
A su vez, el congreso estadounidense está en medio de un debate polémico sobre la asignación de recursos para dar apoyos a Ucrania, y los republicanos se rehúsan a liberarlos sin la aprobación de nuevas medidas legislativas para restringir el acceso al asilo en la frontera con México. Entre estas medidas está incluida la creación de un programa parecido al Título 42 -bajo el cual Estados Unidos expulsó a millones de personas sin darles ninguna oportunidad de solicitar protección- en franca transgresión al derecho al asilo.
Mientras que, del lado mexicano, el tema migratorio no es una prioridad ni para el gobierno actual ni para las y el candidato a la presidencia. Las dos candidatas, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, tienen a personas en sus equipos que cubren el tema, pero el énfasis está en la protección de las más de 11 millones de mexicanas y mexicanos viviendo en Estados Unidos y no porque sean una fuerza de votantes sino por las remesas que envían a México -se estima que este año las remesas aumentarían un 6.6% para alcanzar los 67,600 millones de dólares- y no en las necesidades de las poblaciones migrantes y con necesidades de protección en el país.
En medio de las elecciones, López Obrador sigue promoviendo sus banderas en el tema: más fondos para el desarrollo socioeconómico en Centroamérica y que el gobierno estadounidense tenga negociaciones bilaterales con Cuba y Venezuela para matizar las relaciones, mismas que han contribuido a los éxodos de esas poblaciones. Junto a estas demandas, la retórica durante los próximos 5 meses será no mover las aguas para que no haya ningún incidente controversial que pudiera afectar la campaña de Claudia Sheinbaum. Debido a lo anterior, es probable que veamos más contención, más manipulación de estadísticas y pocos esfuerzos para mejorar las condiciones de las mujeres en movilidad y sus familias en México, hacia Estados Unidos, y entre los dos países, por lo menos hasta las elecciones presidenciales estadounidenses de noviembre.
En la práctica, más de lo mismo, pues significa la continuación de la política de desgaste que consiste en contener a las personas en la frontera sur o, por lo menos, no más allá de Oaxaca y Veracruz, y tratar de restringir su acceso a documentos migratorios (Tarjetas de Visitantes por Razones Humanitarias) –aun cuando es obligatorio entregarlos a solicitantes de asilo, víctimas de delito, y niñas, niños y adolescentes. La política de contención significa que el Instituto Nacional de Migración (INM) seguirá recibiendo a personas mexicanas y no mexicanas (Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua y Venezuela) retornadas y deportadas desde Estados Unidos, quienes son llevadas, en aviones y camiones, a Villahermosa, Tabasco y Tapachula, Chiapas para deportarlas a Guatemala y Honduras, o dejarlas en la calle para que tengan que iniciar su camino por México de nuevo.
En 2023, 41% de las 141 mil solicitudes de asilo en México fueron presentadas por mujeres, y más del 30% de las detenciones del INM fueron de mujeres. Actualmente, la mayoría de las personas migrantes en México se mueven en familia, muchas con niñas y niños, lo que significa que las políticas de trasladar a las personas por todo el país y dejarlas en lugares con pocas organizaciones de apoyo, las pone en situaciones de mayor vulnerabilidad -sin comida, comunicación, información, y donde dormir. Por lo mismo, muchas familias aceptan la ayuda de traficantes que prometen “viajes seguros” en camiones de carga o autobuses privados. Debido al aumento de retenes en las carreteras –a pesar de que las revisiones migratorias fueron declaradas inconstitucionales en 2022– en los últimos 3 años, el número de “accidentes” en carreteras ha aumentado, causando lesiones y muertes de personas que únicamente buscaban un lugar seguro para vivir. De acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones, más de 137 personas migrantes murieron en accidentes carreteros en 2023.
Y en todo esto, los albergues y organizaciones de apoyo humanitario seguirán haciendo frente a las políticas y acciones de estos gobiernos, más allá de las elecciones, con sobre población, familias acampando en diferentes plazas, afuera de las estaciones de autobuses, en condiciones de calle, secuestradas desde autobuses en su camino hacia sus citas de CBP One, porque estos gobiernos no ha asumido su responsabilidad de prevenir las violencias que viven las familias migrantes y con necesidades de protección a causa de políticas migratorias centradas en la contención. En 2024, las organizaciones seguirán dando asistencia y representación jurídica a quienes lo necesiten, a pesar de las campañas políticas y las elecciones en ambos países.
---
Gretchen Kuhner: Directora, Instituto para las Mujeres en la Migración, AC (IMUMI).
Contenido Original por Desinformemonos