Los habitantes de la Franja atraviesan una situación trágica debido a la escasez de alimentos. Israel restringe el paso de la ayuda, y apenas hay harina para hacer pan.
Mahmoud Mushtaha, Ciudad de Gaza, 10/01/2024
Un joven desplazado prepara la comida para su familia en la escuela de Gaza en la que se refugian. / M.M.
Se cuentan ya por decenas de miles a los gazatíes que no pueden cubrir sus necesidades alimentarias básicas, especialmente en el norte, donde las restricciones a la ayuda humanitaria a través del paso fronterizo de Rafah les privan de suministros esenciales.
El espectro de la hambruna se cierne sobre la asediada Franja de Gaza, que lleva enfrentando un bloqueo total desde el 7 de octubre del año pasado. Esto ha causado un sufrimiento considerable a la población, agravado por los continuos bombardeos indiscriminados. Las restricciones impuestas por las fuerzas israelíes impiden la entrada de bienes o ayuda, y a la Cruz Roja solo llegan suministros limitados.
Los habitantes de Gaza, sobre todo los del norte, se enfrentan a la falta de harina de trigo para hornear. Mona Nassar, de 28 años, dice: “Nuestras vidas dependen ahora de conseguir harina y ayuda alimentaria”. Con tres hijos, nada sacia su hambre excepto el pan, pero ya no hay harina para hornearlo.
“Los niños siempre tienen hambre. Juro por Dios que desde hace dos meses no podemos proporcionarles harina. Solo tenemos arroz, y se ha encarecido mucho”. Nassar añade apenada: “Me quedo impotente ante mis hijos, sin saber qué hacer mientras pasan hambre. Espero que la guerra termine hoy, o que llegue la muerte en lugar de esta vida de humillación”.
Una mujer posa junto a sus hijos en el edificio en el que se encuentran refugiados. / M.M.
En medio de la destrucción y los bombardeos israelíes, los comerciantes han perdido sus negocios y su economía. Saad, de 55 años, comerciante de Gaza, relata: “Vivía en una villa con mis hijos y todo lo que tenía, pero en un abrir y cerrar de ojos lo perdí todo. No tenía nada más que mi ropa, y ahora estoy refugiado en una clase de la escuela, deseando tener algo que comer”.
“No hay leche, ni harina, ni verduras, ni frutas, ni ningún alimento bueno. En los mercados solo hay arroz, la mayoría de los alimentos están estropeados y caducados. El problema y la cuestión son los niños; ellos no entienden la situación y no pueden soportar el hambre. Si los adultos somos incapaces de soportar el hambre, ¿qué pasa con los niños?”, añade Al-Ghafri.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) advierte de que el hambre se está extendiendo ampliamente por la Franja de Gaza, a medida que la gente se desespera cada vez más por encontrar alimentos para sus familias, y subraya que “la sequía y la desnutrición están aumentando rápidamente en la Franja”.
“La situación de vida es inimaginable; vivimos en un bosque. En realidad nos enfrentamos a una hambruna y a un desastre humanitario. Israel nos mata deliberadamente de hambre”, afirma Mohamed Shehadeh, desplazado en el refugio de la escuela Anas bin Malik, haciendo hincapié en las terribles condiciones.
Miles de gazatíes del norte de Gaza acuden a diario a la línea de la calle Al-Rasheed, que separa el norte de Gaza de su sur, con la esperanza de que entre ayuda humanitaria, pero es en vano. “Todas las mañanas, mis hijos y yo vamos a la calle Al-Rasheed tratando de conseguir alimentos de la ayuda humanitaria, pero no llega nada”, dice Nahed Jarada.
Aunque las fuerzas israelíes están estacionadas en medio de la calle Al-Rasheed, los gazatíes acuden a diario, jugándose la vida. “Ayer estuvimos esperando a que entrara la ayuda, ya que oímos en las noticias que Israel permitiría la entrada de ayuda humanitaria en el norte de Gaza. Estuve esperando desde las seis de la mañana hasta las tres de la tarde; de repente, el ejército israelí disparó contra nosotros y decenas de personas resultaron heridas”, añadió Nahed. “Venir a la calle Al-Rasheed significa la muerte debido a la concentración de fuerzas israelíes, pero la muerte ha dejado de tener sentido para nosotros. Lo importante es proporcionar alimentos a los niños y las mujeres”.
Tras realizar recientemente un estudio en la zona, Euro-Med Human Rights Monitor indicó que más del 71% de los gazatíes padecen niveles severos de hambre. El 98% de ellos dijo que su consumo de alimentos era insuficiente, mientras que cerca del 64% declaró que comía hierbajos, alimentos inmaduros y restos caducados para saciar el hambre. También se descubrió que el acceso al agua está limitado a 1,5 litros diarios por persona, incluida el agua necesaria para la higiene y la limpieza. Esto es 15 litros menos que la cantidad mínima de agua necesaria para sobrevivir al nivel requerido por los estándares internacionales. El 66% de las personas analizadas en el estudio han experimentado diarrea, erupciones cutáneas o enfermedades intestinales en el último mes a consecuencia de la desnutrición y la falta de acceso al agua potable. Así mismo, muchos médicos de la zona están informando de un aumento en la cantidad de muertes relacionadas con la inanición.
Una familia prepara la comida en la escuela en la que están refugiados en Gaza. / M.M.
Como miles de palestinos de Gaza que dan prioridad a proporcionar alimentos a sus familias a costa de sus vidas, la muerte se ha convertido en un consuelo ante la vida de miseria. Otro joven añade: “Todos los días venimos y esperamos a que entre la harina, con la esperanza de que el mundo nos mire con misericordia, fijándose solo en nuestros hijos. El ejército israelí nos ve esperando y nos dispara deliberadamente”, cuenta. “Tengo un bebé de dos años y medio que necesita leche enriquecida con nutrientes, pero desde hace semanas no hay leche disponible. Al menos intento que su madre lo amamante”.
La mayor parte de la población de Gaza sufre un hambre sin precedentes. Um Ashraf, de 72 años, está desplazada en la sede de la UNRWA en Gaza, que ahora alberga a 20.000 refugiados. “No hay leche para los niños, ni harina, ni comida para los adultos. Hay ancianos con diabetes e hipertensión, y necesitan comida. Los mercados están vacíos y lo que se encuentra está podrido y es insalubre”, explica Um Ashraf. “En los últimos meses hemos comido solo un poco de comida envasada, insuficiente para garantizar nuestra supervivencia”.
Ismail Al-Thawabet, Director de la Oficina Gubernamental de Medios de Comunicación, destacó la grave situación en una entrevista con The New Arab, haciendo hincapié en la escasez de ayuda humanitaria y en la difícil situación de más de un millón y medio de desplazados que carecen de seguridad, alimentos, agua y servicios sanitarios. Además, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios en el Territorio Palestino Ocupado, señala que casi 400.000 personas se encuentran en una situación catastrófica, mientras que casi un millón estarían en situación de emergencia.
Los niños son las principales víctimas de la inanición que está sufriendo toda Gaza. / M.M.