Conmemoramos fechas por diferentes motivos. Algunas fechas son recuerdos de celebración, de victorias, de logros conseguidos; otras nos recuerdan hechos luctuosos y su rememoración quiere evitar que se repitan. Hay fechas cuyo recuerdo es muy localizado pero que por diferentes motivos acaban por convertirse en memoria colectiva que desborda fronteras. Casi todo el mundo de una determinada edad recuerda dónde estaba y qué estabamos haciendo el 11 de septiembre de 2001. Un hecho localizado en los EEUU y especialmente en la ciudad de New York como uno de los principales centros del imperio se convirtió en un recuerdo compartido por millones de personas en todo el mundo aunque no de la misma manera. Otra parte cuando llega esa fecha recuerda un evento también cruento pero acontecido en Chile en 1973 cuando Pinochet lideró el golpe de estado que acabó con el gobierno socialista legítimamente elegido de Salvador Allende. Otro evento local con implicaciones internacionales que acabó siendo mundial. Las Torres Gemelas cayendo, el Palacio de la Moneda bombardeado. Y así del mismo modo que hay más de un 11 de septiembre hay más de un 25 de abril. Si hablamos con gente italiana su recuerdo de un 25 de abril les retrotrae a la celebración de la victoria frente al fascismo en Italia y la salida del ejército nazi alemán. En esa fecha se suceden actos que rememoran y celebran esa victoria a lo largo y ancho de toda Italia. Pero si hablamos de un 25 de abril a mucha gente lo primero que se nos viene a la memoria, incluso no siendo de Portugal, es la Revolución de los Claveles de 1974 momento en el cual el fascismo salazarista cae derrotado. Pero los hechos son más complejos por lo que su memoria es vivida, o no, de diferentes maneras en diferentes lugares. No hay que olvidar que esta victoria sobre el salazarismo se da en el marco de las derrotas habidas con situaciones de grandes violencias durante las guerras de liberación de las entonces aún colonias portuguesas en el continente africano, especialmente en Angola, Mozambique y Guinea-Bisáu. Es allí precisamente donde ni siquiera se recuerda esa fecha de una manera significativa o lo hace de un modo diferente a como mucha gente  portuguesa incluso a día de hoy lo recuerda. Pero hay más impactos con respecto a esa fecha, en el estado español no era poca la gente que siguió y presenció con sana envidia esa derrota del salazarismo que allá les hubiera gustado conseguir frente al franquismo. Pero circunstancias de partida muy alejadas no permitieron esa repetición del otro lado de la raya, algo que a día de hoy sigue reflejando que en el estado español no se vive una democracia real, con una constitución no elegida en todos los territorios, con una monarquía avalada por el régimen franquista y no elegida por la gente, con una ley de amnistía que no permite hacer justicia frente a los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la guerra civil y antes y después del periodo de la dictadura franquista. Pero siguen floreciendo 25s de abril y en este año 2019 hay dos lugares donde esta fecha está teniendo un especial carácter reivindicativo y de lucha: Colombia y Brasil. En Colombia el 25 de abril de 2019 se hace un llamado a un paro general a nivel nacional donde se dan la mano organizaciones sociales, estudiantiles, sindicales, feministas y de mujeres junto con organizaciones indígenas, afrodescendientes y campesinas que salen de una Movilización en Minga previa de 30 días, sin conseguir que el actual presidente del gobierno Iván Duque fuera capaz de recorrer una vez llegado a Caldono, al norte del departamento del Cauca, apenas 200 metros para reunirse, dar cuentas y escuchar a las más de 6000 mujeres, hombres, niñas y niños indígenas que esperaron en vano durante 5 horas el pasado 9 de abril precisamente el día en que se rememoran a las víctimas del conflicto armado en Colombia. La silla se quedó vacía como fiel reflejo de ese paralelismo que oportunamente apuntó el senador indígena nasa Feliciano Valencia se puede establecer entre los 200 metros de distancia y los 200 años de desprecio y opresiones por parte de los gobiernos habidos desde la conformación de la república colombiana hasta hoy hacia los pueblos indígenas, afrocolombianos, palenqueros, raizales y rroma que solo consiguieron reconocimiento, al menos sobre el papel, a partir de la Constitución de 1991. En Brasil el 25 de abril de 2019 es el segundo día del 15º Acampamento Terra Livre que un año más realizan los pueblos indígenas de Brasil en la Explanada de los Ministerios de Brasilia. Un año más de luchas, demandas, protestas y reivindicaciones, pero no solo otro año. Desde la llegada de Bolsonaro al poder sus políticas ponen aún más en riesgo a unos pueblos ya diezmados y a sus tierras y territorios. Es importante señalar sin embargo que del lado de las organizaciones indígenas estamos en un momento de fortalecimiento en los años previos donde las mujeres indígenas están promoviendo liderazgos renovados llegando a afrontar apuestas en el ámbito partidario político que tuvo su mayor representación en la candidatura a la vicepresidencia en las elecciones de 2018 de Sonia Guajajara de la mano del PSOL. De este modo los 25s de abril siguen floreciendo en muchos lugares del planeta como símbolo de que infelizmente siguen habiendo muchos fascismos por derrotar pero con la esperanza de que hay gentes, movimientos y pueblos dispuestos a seguir dando esa lucha.

Begoña Dorronsoro es graduada em Ciências Biológicas (Ecologia) pela Universidade do Pais Basco (U.P.V.-E.H.U.) Espanha Com experiência de mais de 10 anos, trabalhando e militando em diversas ongds bascas, em cooperação internacional para o desenvolvimento dos póvos, com organizações indígenas principalmente de Colombia, Bolivia e Guatemala. Volta a academia para fazer o Mestrado em Estudos Feministas e de Gênero, também na Universidade do Pais Basco, com a entrega final da tesina do grado "Contextualizando la descolonización del feminismo desde la perspectiva indígena. Una mirada múltiple" 2009 (não editada)